Orgullosos españolitos de himnos y banderas.

¿Se han parado a pensar si hay algo más interesante que la propia realidad?… es más, ¿existe la realidad realmente? Muchos se atreven a decir que no, e incluso películas como Matrix te hacen reflexionar. En cualquier caso, ¿cómo es la realidad realmente?…
En fin, que cuestiones como esta tiene que resolverlas el cerebro. Es el cerebro quien reconstruye la realidad. Y quien nos la muestra. Más exactamente aún las neuronas, perdón, las sinapsis entre neuronas son las responsables de este milagro, que por otra parte no debe ser nada fácil ya que el cerebro es ‘ciego’.
Ahora bien, fue el señor Santiago Ramón Y Cajal quien descubrió las sinapsis, en una época cuyos coetáneos simios pensaban, entre otras mil burradas, que las células del cerebro estaban unidas completamente como en una red. Y es de este diálogo entre sinapsis de donde surgen las ideas, la percepción visual, las relaciones místicas, todo lo que puedas imaginar.

A dónde quiero llegar se estarán preguntando. Pues a eso voy, no sin antes recordarles que algunas veces enrollarse es llevar al lector a través del laberinto de la prosa, por el camino más difícil en vez de por el más fácil, pero hasta la jodida salida que es lo que cuenta. La síntesis es brillante aunque esto sea otra forma de vivir la prosa y que seguro conduzca a más reflexiones.

En fin, a lo que voy realmente es a exponerles esta inquietud: ¿por qué todos estos españolitos de medio pelo adornan sus habitaciones con la bandera del aguilucho, en el mejor de los casos (si no son esvásticas), para alardear de su españolidad, y ninguno luce un póster de Don Santiago Ramón y Cajal?¿Qué no han entendido estos primates de lo que significa ‘orgullo por ser español’? ¿por qué tienen un póster de Fernando Alonso, que dios sabrá donde paga sus impuestos, y no de Eduard Punset? ¿o es que vemos Españas diferentes?

¿Qué les hace pensar que ser más español consiste en juntarse con sus agoblinados amigotes y apalear a un humilde ecuatoriano que acaba de salir de trabajar?, y sin embargo están a años luz de conocer la historia de España. Y de plantarse en el Museu Maritim de Barcelona, y contemplar con lágrimas en los ojos a La Real, la flamante galera de Don Juan de Austria, icono de la victoria de Lepanto. ¿Por qué no tienen posters de Álvaro de Bazán, Blas de Lezo, el duque de Gravina o el inimitable Cosme Damián Churruca, algunos de nuestros más notables marinos en las difíciles épocas de la caída del imperio? ¿por qué creyeron que matar a García Lorca y privar de su privilegiada sensibilidad a miles y miles de generaciones futuras, sólo porque fuera ‘rojo’ y ‘gay’, les hacía más españoles?¿qué les hace pensar a estos adoradores de himnos y banderas, que ser español es jalear a los grandes equipos de fútbol como sectarios que ansían compartir (y hasta exigir) éxitos que no merecen, y no entienden que ser español realmente, es disfrutar de una caña y un buen pincho de tortilla? Y por supuesto, sin tener que pegar a nadie.

Así que desde aquí, a todos estos españolitos de medio pelo, vestigio de la época goyesca, sacados de la más lamentable decadencia del imperio español; de picardías y envidias; representantes aún, en los albores de la Europa 2.0, de la España de charanga y pandereta; de la más pura y conservadora derecha, y que incluso muchos aún no han sabido ver que España, Europa, es laica, les recomiendo que revisen de forma reflexiva sus ídolos e ideales. Y de su arcaica idea de ‘España’. Y que vayan cambiando a Franco por Don Juan de Austria y a Aznar por Cosme Damián de Churruca (que posiblemente fueran todos igual de ‘fachas‘, pero en contextos muy diferentes y con méritos muy diferentes). Que echen una mirada retrospectiva al pasado para revisar sus héroes presentes, y que lo único que les avala, aunque no lo merecezcan, son los recientes éxitos de la selección española de fútbol. Porque la de baloncesto también les pilla lejos.

Así que, más haber ido a ver a la selección jugar contra Noruega en Mestalla, cuando pasaba apuros, que a la plaza de Colón a chillar descerebradamente el ‘soy español, español, españoooool‘ cuando ya habíamos ganado. Y que dejen de dar palizas entre muchos a solitarios inmigrantes en nombre de España y de los españoles, sobretodo a los que trabajan laboriosamente para sacar sus vidas adelante. Que den palizas a los Latin Kings o a los aberchales más etarras, si tienen cojones (que a estos ni los tocan). Y que dejen de dar por el culo con sus ideas caducas y anquilosadas, y lo que es peor: violentas. Que sepan que vamos camino de Europa y del mundo 2.0, aunque a ellos les gustara volver a la época goyesca y a lo más antropológicamente analógico. O lo que es peor, a la época franquista.

2 comentarios en “Orgullosos españolitos de himnos y banderas.”

  1. Pues la verdad es que no. Nada más lejos. Lo que pasa es que llevo mucha mierda dentro acumulada. Referente a demasiados temas. Y variopintos. Y cuando me da el punto o leo algo se desencadenan respuestas que muchas veces acaban reflejadas más o menos alocadamente, y aparentemtente sin sentido, en mi blog. pero agradezco tu preocupación… xD

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