Parte I: Desmenuzando el amor
Vamos a reflexionar un poco sobre un par de cuestiones que vengo rumiando desde hace ya tiempo y que gracias a la luz de Eduard Punset estoy ya en condiciones de vomitar.
La primera es que lo Realmente Importante en toda esta película que parece dirigida por David Lynch, y que llamamos vida, no somos nosotros, sino los genes. La información al fin y al cabo, pues, corríjanme si me equivoco, pero los putos genes son información al fin y al cabo. Y en cualquier ámbito que te muevas es la información lo importante y no todo lo demás. Google lo entendió y miren donde está. En fin, que son los genes los verdaderos protagonistas de la historia, de la vida. Amén de las bacterias.
La segunda cuestión versa sobre la falacia del amor, y aquí estamos también para desenmascararlo. Es todo parte de lo mismo. Y las creencias del pasado, sobretodo el abominable antropocentrismo de las religiones nos han alejado del camino de la verdad. Y ya es hora de poner al homínido en su sitio: ¡no somos nada! Un caparazón que protege a los genes del temible oxígeno, los transporta y los ayuda a perpetuarse (reproducción). Poco más. ¿Está sobrevalorada la vida como afirma Alan Moore en Watchmen?¿o lo que está sobrevalorado es únicamente el ser humano?¿o es el sexo, como afirmo yo, lo que está sobrevalorado?…
Leer másEl club de perdedores y perdidos: Desmontando al homínido.