¿Se han parado a pensar si hay algo más interesante que la propia realidad?… es más, ¿existe la realidad realmente? Muchos se atreven a decir que no, e incluso películas como Matrix te hacen reflexionar. En cualquier caso, ¿cómo es la realidad realmente?…
En fin, que cuestiones como esta tiene que resolverlas el cerebro. Es el cerebro quien reconstruye la realidad. Y quien nos la muestra. Más exactamente aún las neuronas, perdón, las sinapsis entre neuronas son las responsables de este milagro, que por otra parte no debe ser nada fácil ya que el cerebro es ‘ciego’.
Ahora bien, fue el señor Santiago Ramón Y Cajal quien descubrió las sinapsis, en una época cuyos coetáneos simios pensaban, entre otras mil burradas, que las células del cerebro estaban unidas completamente como en una red. Y es de este diálogo entre sinapsis de donde surgen las ideas, la percepción visual, las relaciones místicas, todo lo que puedas imaginar.
A dónde quiero llegar se estarán preguntando. Pues a eso voy, no sin antes recordarles que algunas veces enrollarse es llevar al lector a través del laberinto de la prosa, por el camino más difícil en vez de por el más fácil, pero hasta la jodida salida que es lo que cuenta. La síntesis es brillante aunque esto sea otra forma de vivir la prosa y que seguro conduzca a más reflexiones.
En fin, a lo que voy realmente es a exponerles esta inquietud: ¿por qué todos estos españolitos de medio pelo adornan sus habitaciones con la bandera del aguilucho, en el mejor de los casos (si no son esvásticas), para alardear de su españolidad, y ninguno luce un póster de Don Santiago Ramón y Cajal?¿Qué no han entendido estos primates de lo que significa ‘orgullo por ser español’? ¿por qué tienen un póster de Fernando Alonso, que dios sabrá donde paga sus impuestos, y no de Eduard Punset? ¿o es que vemos Españas diferentes?